sábado, 14 de diciembre de 2013

Leyendas de nuestras tierras



La princesa Europa



Hace muchos años, Europa era una princesa siria muy guapa e inteligente. Su padre, Agénor, era el rey fenicio de Sidón y Tiro, que son dos ciudades que están en la costa mediterránea.
Un día Europa estaba jugando y bailando con unas amigas en un bosque que estaba  lleno de flores y cerca del mar. El dios  Zeus, que la había visto antes desde el Monte Olimpo y se había enamorado de ella, quiso casarse con esta princesa y decidió secuestrarla.
Para ello, fue al bosque y se convirtió en un toro blanco muy tranquilo y hermoso. Cuando Europa le vio, empezó a jugar con él, incluso se montó en su espalda. De repente, el toro corrió hacia el mar. Corrió y corrió hasta que llegaron a Grecia .Allí Zeus se casó con Europa. Por eso, el continente donde está Grecia lleva el nombre de esta princesa.
Más tarde, tuvieron niños y, después muchos años, cada uno de sus hijos fueron reyes de los países europeos.


 La bruja de Sumbilla

En Vera de Bidasoa, habia una guapa chica que tenia un caballo. La familia veia todos los dias que el caballo se encontraba cansado y sudoroso.
Una noche se pusieron a vigilar por el ojo de la cerradura y vieron salir a la chica, montada en el caballo a todo galope por el campo.
La familia habló del hecho con un cura del pueblo. Este les dijo que, en las noches siguientes, tenían que bloquear la cerradura. Asi lo hicieron y no pudieron salir ni la chica, ni el caballo durante la noche. El cura les dijo que debían seguir encerrados la chica y el caballo.
Cuando pasaron unos años, la joven se estaba muriendo, dicen que extendia la mano para que una persona la cogiese y así poder transmitir todo su poder de brujeria.
Nadie le dio la mano.



El zorro que pastorea



Había una vez una mujer que fue al campo para buscar un nuevo pastor para su granja. Un ratito después de llegar al campo, se encntró con un oso, que le preguntó:
-  ¿A dónde vas?
- Voy a buscar un pastor -ella le respondió:
Entonces el oso le preguntó: "¿No me quieres a mí como pastor?
-Pues, ¿cómo pastoreas? -ella le preguntó.
-Hø-i -rugió el oso.
Cuando ella oyó esto, le dijo: "No, no te quiero ti como pastor", y continuó andando. Poco después un lobo vió a la mujer. Y así,  el oso el le preguntó: "¿A dónde vas?"
- Voy a buscar un pastor,-ella le respondió:
Entonces el lobo le preguntó: "¿No me quieres a mí como pastor?
-Pues, ¿como pastoreas? -ella le preguntó.
-Uh-huu -él aulló.
A él también la mujer le dijo: "No, no te quiero ti como pastor".

Después de andar durante mucho tiempo, un zorro la vió y él también le preguntó a ella: "¿A dónde vas?"
- Voy a buscar un pastor -ella le respondió:
Entonces el zorro le preguntó: "¿No me quieres a mí como tu pastor?
-Pues, ¿como pastoreas? -ella le preguntó.
-Dill-dall-holom -él le dijo de una manera muy lista.
Y a él la mujer le dijo: "Si, yo te quiero ti como mi pastor". Entonces lo llevó al zorro a la granja.

El primer día que estuvo allí como pastor,  el zorro le comió todas las cabras. El segundo día le comió todas las ovejas y el tercer día todas las vacas. Ese día, como la mujer no vió sus animales, ella le preguntó al zorro dónde estaban. Entonces, él le respondió: "Pues, las cabezas están en el establo y los cuerpos están en el cultivo".

En ese momento, a ella le entró el pánico. Y mientras ella fue a ver, el zorro le comió casi toda la nata que ella había puesto en un recipiente para calentar. Cuando la mujer entró y vio esto, se enfadó tanto que virtió el resto de la nata en la cola del zorro, en el segundo antes de que él empezó a correr.
Esta es la razón por la que el zorro tiene una punta blanca en la cola.


¿Por qué los peces se callan?




 Un día, un pescador estaba pescando en un río. De repente, un pez muy grande saltó del río y le preguntó:

- ¿Cuál es tu mayor ilusión? Puedo hacer que se cumpla.
- Quiero pescar un pez muy grande -le contestó el pescador
- Pero si sacas ese pez, lo freirás, lo comerás y lo olvidarás pronto. Mejor, desear estar siempre lleno, ¿no?
- Pero quiero probar muchas cosas ricas. No, quiero sacar un pez y lo saco.

Desde entonces, los peces no hablan con las personas. 


El joven Siegfried


Un rey tenía un hijo que se llamaba Siegfried y era muy fuerte. Cuando el niño se hizo adolescente, quiso hacer un aprendizaje y se fue a andar por el mundo.
Un día, llegó a una jorja y le preguntó al herrero si podía hacer su aprendizaje allí. Rápidamente, éste se dio cuenta de que el chico era fuerte y lo aceptó. Pero Siegfried se hacía cada día más fuerte y el herrero empezó a tener miedo de él; por eso, lo mandó a un bosque que estaba cerca de un lago donde vivía un dragón muy peligroso. El herrero pensaba que Siegfried iba a luchar contra el dragón y éste lo iba a matar.
Entonces, el chico fue al lago, luchó contra el dragón y, milagrosamente, ganó la lucha y mató al dragón. Toda la sangre de éste cayó en el lago.
Siegfrid notó que no sentía dolor en las partes del cuerpo en las que la sangre del dragón caída durante la lucha; por eso, nadó desnudo en la sangre de este animal, pero encima de uno de sus hombros había una hoja de un árbol. Por eso, su cuerpo fue invulnerable con excepción de ese pequeño lugar del hombro.
 

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